lunes, 23 de julio de 2007




Buenos días, queridos. Les dejo hasta septiembre con una canción. Una canción de viaje, de esas que si han sido niños alguna vez, habrán berreado hasta la extenuación mientras intentaban no marearse subiendo La Media Fanega camino de la playa, en el asiento trasero de un abarrotado Seat 124. Una canción de esas cíclicas, mágicas, infinitas. No sé quién la compuso y no viene en la wikipedia. Mejor. De tener autor reconocido, vendrían los de la SGAE a crujirme bien, o lo que es peor, a crujirles a ustedes por leer cosas sin permiso. Y si creen que la letra tiene truco y doble sentido, en efecto, lo tiene. Hasta pronto, amigos.
Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que no se caía, fueron a llamar a otro elefante. Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Tres elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Cuatro elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Cinco elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Seis elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Siete elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Ocho elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Nueve elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Diez elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Once elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Doce elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Trece elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Catorce elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Quince elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Dieciséis elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Diecisiete elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Dieciocho elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante.
Diecinueve elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veinte elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veintiún elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veintidós elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veintitrés elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veinticuatro elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veinticinco elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante. Veintiséis elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que no se caían,...
José Regidor

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