viernes, 20 de julio de 2007

Al fondo a la derecha

Sobre el estado de emoción

Señor Rajoy: después de escucharle en el debate sobre el estado de la nación, le invito a otro debate, mucho más íntimo, sobre el estado de su emoción, y a que piense, con la mayor objetividad del mundo (y no me refiero al periódico que le instruye), a pensar en la emociones de los ciudadanos que conforman el Estado en que vive.Me parece una falta de responsabilidad política y moral que eche en cara a los socialistas el espíritu de revancha de la Ley de la Memoria Histórica, o que acuse al Gobierno de establecer una división entre buenos y malos. La principal división que ha habido en este país, más allá de la que existe actualmente por la política insidiosa de su partido, fue la conocida como “división azul” que luchó del lado del nazismo. Y no olvide que la memoria, cuya ley pone en duda, fue monopolio exclusivo de Franco y sus gobiernos afines que erigieron cientos de monumentos a su propia memoria, nominaron miles de calles y editaron lemas y consignas en fachadas, sellos y monedas que aún hoy, en medio de una convivencia pacífica, nos recuerdan el horror de una guerra y sirven de estímulo y guía para muchos de sus votantes.Y me parece una falta de objetividad y de credo político, además de una imprudencia (usted que presume de ser extraordinariamente prudente) tachar los contenidos de la disciplina “Educación para la Ciudadanía” de “catecismo socialista” y de estrategia para influir moral e ideológicamente en los ciudadanos, cuando la doctrina social de la Cadena COPE, avalada por la Conferencia Episcopal y defensora de los valores de su partido, ha consistido única y exclusivamente en el engaño, la difamación, la manipulación, la demagogia y la mentira. ¿Cree usted verdaderamente que la mentira, tal vez la palabra que más emplea en sus acusaciones al Gobierno, podrá hacernos libres?La demagogia, la retórica y la propaganda de su partido han hecho mella en muchas personas lúcidas y responsables que han acabado creyendo como válida la verdad resultante de muchas mentiras repetidas. Ese es el principal precio político de su gestión, carente de confianza en el diálogo, de proyecto futuro, de alternativas políticas y de lealtad.Señor Rajoy, usted dijo en el debate que no pretende hacer leña del árbol caído, pero no sólo ha hecho leña, y en abundancia, sino que derriba intencionadamente verdades como árboles para asegurar la brasa de su discurso político, además del voto, con el único argumento del terrorismoNo ponga, por favor, en su boca sentimientos y frases de otros si no son para fines lícitos. Es una falta de rigor que cite a Ortega para hacer balance del número de errores del Gobierno cuando ustedes nunca han sabido reconocer y pedir perdón por los propios. Permítame que cierre mi réplica con una convicción: usted me suscita las emociones más oscuras y cavernarias, por emplear su propia terminología, y un estado de anemia política que, no obstante, nunca me hará perder el juicio. Si su primera intervención le pareció dolorosa, obligada como dijo por las circunstancias, espero que su dolor más íntimo, tras conocer los resultados de las próximas elecciones generales, sea mucho más recto y verdadero. Y permítame una ironía: ¿Si al señor Zapatero le ha faltado gallardía, a usted no le ha faltado Gallardón?

Raúl Vacas

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