martes, 3 de julio de 2007

He sido y soy fan de Ryan Adams desde antes de que se llamara Ryan. Desde que se llamaba David y lideraba Whiskeytown, y de eso hace eones. Y como esta es la semana en la que se ha publicado su nuevo disco “Easy tiger”, es difícil para mí pensar en otra cosa. A ver, otra cosa. Pienso en la pesca, en las cosas de la oficina, en las cosas de casa y como diría Homer Simpson arqueando las cejas tratando de hacerse entender, en “las cosas, eh, um, las…las… cosas”.
Porque amigos, el enfant terrible ha vuelto a lo grande: como pondrían en el Popular 1, “machacando cráneos”. Paso a detallarles unos apuntes biográficos sobre uno de los pocos genios contemporáneos que tenemos, más que nada, para que les vaya sonando y dejen de pensar que he escrito mal su nombre: sí, es Ryan, no Bryan. Y esto que sigue no lo digo yo, lo dice Stephen King. Stephen King, no Stephen Hawking. Stepehen King el escritor de misterio. Ese.
“Dice Ryan que una vez, saliendo de un restaurante con una chica, la invitó a subir a su casa. Y la chica le respondió: tranquilo, tigre. Quedó el hombre tan entusiasmado con la frase que llamó a su propio contestador y la guardó allí para no olvidarla. Y todavía conserva el mensaje.
Lo entiendo perfectamente. Hay cosas que necesitas guardar, porque merece la pena escucharlas una y otra vez.
Creo que sólo hay dos clases de discos hoy en día. Están los que te duran dos o tres escuchas y quizá sólo te guardas una de sus canciones en el Ipod, y están los que crecen dentro de ti cada vez que los pones. “Gold” era uno de ellos; “Cold Roses” también, y por supuesto “Jacksonville City Nights”. No voy a decir que Ryan es el mejor escritor americano desde Neil Young, pero tampoco voy a decir que no lo es. Su disco está tan tocado por la magia del soul que me hace pensar en Marvin Gaye y en los Righteous Brothers. Las letras están tan bien estructuradas y transmiten un sentimiento de melancólica calma que sorprenderá a los seguidores del viejo y airado Ryan”.
Adams asegura que escribe todos los días, y en una máquina de escribir. Que no puede dejar pasar un día sin hacer algo productivo. Y que tiene preparado un enorme box-set de canciones inéditas listas para ser publicadas. En eso puedo verme reflejado: cientos de papeles rellenos, recortes, fotos, ideas para libros, ideas para diseños, o para lo que mi amiga Aurora llama “expresiones gráficas”. Ideas, a todas horas. Todos lo días. Caminando por Cánovas, me asaltan como ratas hambrientas, las jodidas. Amontonándose en el disco duro de los sueños, intentando escapar. Escucho a Ryan y lo veo venir: “Es todo sobre el proceso. Yo proceso cosas. He entrado en este negocio y si la gente me necesita, tengo extra”.
En otras palabras: tranquilo, tigre.

Javier Regidor

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bueno encontrarte compadre.
Unas risas.

Find some one or you'll be lost
And you're just the kind who's liable to never be found.
Think of you whenever it rains
And I, I hear your song on the jukebox...

No afloje mi comandante!